En esta ocasión no estamos hablando del confinamiento que hemos estado llevando a cabo por temas de COVID, puede sonar parecido, ya que en construcción, esta palabra se define para los espacios reducidos, “enterrados” y/o “aislados”, los cuales se presentan al colocar distintos sistemas. Enfocándonos en temas de impermeabilización, el término “confinamiento” se menciona cuando el impermeabilizante queda entre la losa y un acabado, ya sea vegetación artificial o natural, cerámica, cemento pulido o sin pulir, y/o madera.
Como ya hemos mencionado en artículos anteriores, para poder impermeabilizar tu techo, losa, o cualquier tipo de superficie, lo primordial es conocer en qué tipo de uso tiene la superficie donde se realizará la aplicación, así como las condiciones en las que se encuentra, revisar si existe una caída de agua y si esta es la correcta, es decir, que no se presente ningún tipo de acumulación. De igual manera deberán asegurarse si es necesario o no, retirar el impermeabilizante ya deteriorado y eliminar falsas adherencias.
Siempre aplica un sellador para crear una buena superficie de anclaje, ideal para colocar el impermeabilizante de tu elección y/o el adecuado según la necesidad. Recuerda que la aplicación del sellador idealmente es para poder eliminar la porosidad de tu superficie, es una característica que asegura la adherencia de la capa de impermeabilizante a colocar. Una vez aplicado el sellador, coloca las capas necesarias del sistema impermeable.
Cuando la superficie se encuentre completamente seca y al mismo tiempo ya hayas definido el uso que le darás a tu superficie, puedes elegir entre los materiales que ya mencionamos al inicio de este artículo, colocarlos sobre la superficie ya impermeabilizada y disfrutar de tu espacio personalizado y protegido con nuestros productos PASA®.